sábado, 18 de diciembre de 2010

Viaje a Laponia (II)


El lunes madrugamos de nuevo para coger un autobús hasta el norte más norte de Escandinavia, cruzando la frontera de Noruega hasta el pequeño pueblo de Bugoynes. Por el camino fuimos viendo el amanecer y cómo la luz iba cambiando sobre los increíbles y nevados paisajes, con cuatro casas salteadas y sin cruzarnos prácticamente ningún coche.



Allí los más valientes tuvieron la oportunidad de bañarse en las aguas del Ártico (.sí, yo fui del grupo de la weak people). Luego recorrimos un poco el bonito pueblo de casuchas de madera, y comimos tostadas con cangrejo en el King Crab!


De vuelta en Vasatokka probé el cross-country ski con Svenja, jugamos al ping-pong y al futbolín contra Gianfranco y Gael, y perfeccionamos nuestra técnica de deslizamiento por la nieve con trineos, probando todo tipo de configuraciones (aviso de que cuatro seguidos es desastroso). Luego comenzamos una guerra en un campo de nieve que nos llegaba hasta las rodillas, que se vio interrumpida por unas repentinas y ansiadas auroras boreales. Allí nos quedamos tumbados en la nieve mirando las extrañas formas blancas en el cielo, hasta que el frío y la humedad nos hizo volver a la cabaña. Y por supuesto, la noche acabó con sesión de sauna y fiestecilla todos juntos.









El martes recogimos nuestras cosas y partimos dirección Saariselkä, donde podías elegir entre una gran variedad de entretenidas actividades. Como eran todas muy caras, pasamos la mañana por libre, tirándonos con trineos por un gran camino entre árboles, que tardamos una media hora en subir andando y unos 5 minutos en bajar deslizándonos! Geniaaaaaal! :D Además las vistas desde arriba, ya sin siquiera árboles a la redonda, eran espectaculares.


Después de un chocolate caliente, comenzó el Husky Safari, donde pasamos una divertida hora conduciendo nuestros propios trineos tirados por 6 huskeys. Congelador pero alucinante! Luego unos dieron té y crepes en una cabañita muy cuca, para recuperar fuerzas.


Y a eso de las 19h montamos en el autobús de nuevo, para no dejarlo hasta las 11h de la mañana siguiente que llegamos a Helsinki, con un cuerpo escombro pero mil nuevas experiencias inolvidables! Y es que, una vez más, ha sido un viaje super intenso, con un asombroso buen tiempo (entre -5º y -15ºC) y lleno de muy buenos momentos! ^^

2 comentarios:

  1. Mi reino por un trineo con huskies!!

    ResponderEliminar
  2. Joo.. ¡siempre se me adelanta Javi! ¡Y ya me quedan pocas oportunidades para escribir la primera!

    Bueno pues... me ha encantado este viaje a Laponia. Y las temperaturas... increíbles. Claro que con esas paraditas para tomarse un piscolabis, supongo que se puede tolerar bien.

    ¡¡Hasta prontooo!!

    ResponderEliminar