martes, 21 de septiembre de 2010

Viaje a Tallin

Mi viaje a Tallin ha sido corto, intenso y... surrealista.

Me levanté el sábado a las 5:30h de la mañana, para reunirme con las 3 tutoras finlandesas que lo organizaban y los otros 49 estudiantes erasmus. Desde la Estación Central de Helsinki cogimos el bus 15A hacia la West Harbour Terminal, de donde salía nuestro barco.


El viaje en ferry duró 3 horas, en las que nos sumergimos en un extraño universo: 9 plantas repletas de gente, con terraza, varios restaurantes, un supermercado, un karaoke, una pista de baile... Al otro lado estaba la zona de cabinas con camas (que nosotros no teníamos, of course) recorrida por laberínticos pasillos amoquetados con gente durmiendo en el suelo (este sí era nuestro caso). Para la gente nativa debía resultar todo muy normal, sentados en los bares bebiendo alcohol a las 10h de la mañana o tirados en el desansillo de una escalera... Ver para creer.



Cuando llegamos a Tallin (capital de Estonia, con 400.000 hab) nos encontramos una ciudad semi-medieval, muy variada y acogedora, sin ningún gran monumento, pero ideal para callejear. Y eso hicimos... bajo nuestros paraguas, jajaja. Pasamos por la Puerta Vieja, las Murallas, el Ayuntamiento y la Plaza Mayor, la iglesia de San Olav... y otros tantos edificios sin identificar. XD


Además visitamos la fábrica de cerveza Saku, con explicación del proceso y posterior cata de una gran variedad de sus productos (long drink y sidra incluidos).


Una de las cosas más llamativas de esta ciudad (o por lo que la mayoría de los nativos y erasmus van) es sus bajos precios, al menos comparado con Finlandia. Donde más se nota es en las bebidas alcohólicas, por lo que hay un montón de Alko-shops y mucha gente va y viene sólo para comprar. ¡Nosotros no desaprovechamos la ocasión!

Por la noche cené con mi pandi en un restaurante un delicioso pelmeni (aprovechando que todo era barato, nos dimos el gusto). Luego hicimos fiestecilla en nuestro hostel, conocimos gente nueva y salimos todos por ahí de bares. ¡Lo pasamos geniaaal!

El domingo dimos otra vueltecilla por la ciudad, fuimos de compras y volvimos al surrealista ferry. Cuando ya casi llegábamos a Helsinki, apareció un bonito y completo arcoiris, ¡la despedida perfecta de nuestro Tallin Trip!

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