Viaje por Rusia (II)

¡Y continúa el reportaje de San Petersburgo!

El día 6 desayunamos de buffé como gente con clase, jejeje, y nos fuimos en bus al Village of the Tsars (en Pushkin, a 26km de San Petersburgo) a una visita guiada por el recargado, imperial y doradísimo Catherine's Palace y sus señoriales jardines con bonitos edificios salteados y un lago.













Por la tarde, después de comer unos deliciosos crepes en el Tepemok (cadena de restaurantes rusa que ahora todos adoramos), decidimos patear un poco San Petersburgo. Pero entonces... "Fuck, ¿dónde está mi cartera?" ¬¬ Ok, otra de las cosas que todos deberíamos saber es que en Rusia hay mucho carterista. Y que a la policía le importa más bien poco. Así que pasé la tarde cancelando mi tarjeta de crédito e intentando solucionar el shock (aunque afortunadamente había dejado algunas de las cosas importantes en el hotel, así que no fue para tanto) mientras los rusos me miraban sorprendidos porque quisiera denunciar "una tontería" así...


Hasta que el grupito de españoles me sacó del hotel para airearme por la avenida Nevsky y ver espectaculares edificios como la Kazan Cathedral. Además, conocimos el profundo Metro de la ciudad, con unas escaleras mecánicas interminables que parecían llevarte al inframundo, jejeje. La noche terminó en un club más underground y molón: el Revolution.


El día 7 fuimos al enorme State Hermitage Museum, en la gran Palace Square: un inmenso palacio con multitud de salas muy variadas, llenas de cuadros y obras clásicas, de todas partes del mundo.

Comimos en un restaurante bastante decente platos típicos, como mi pollo a la chiev, con una presentación de lujo y por el módico precio de 7€.


Luego seguimos por libre nuestro camino, para ver la impresionante Cathedral of the Savior on Spilled Blood (una de mis cosas favoritas del viaje), un bonito parque lleno de hojas otoñales con gente sacándose fotos tirándolas al aire, y el Smolny Convent, una especie de palacete Disney.


Volvimos en el coche de un tipo ruso, que no hablaba inglés, iba en la reserva de gasolina y leía el periódico mientras conducía (el 80% del viaje lo pasamos atascados). Y terminamos nuestra intensa estancia en San Petesburgo con un divertido crucero nocturno por sus ríos y canales, brindando en el barco con champán, mientras veíamos por última vez la ciudad... Sobre las 00.20h cogimos el tren nocturno Megapolis, con cabinas de 4 camas... ¡dirección Moscú!